NOS ASUSTAN

Valoramos mejor el futuro que el presente y este mejor que el pasado. Pero esto está cambiando ya que empezamos a percibir un futuro de miedos e incertidumbres: pérdida de bienestar material, amenaza del cambio climático, amenaza terrorista, contratos basura, pensiones en quiebra, etc.
Las plagas que pronostican los psiquiatras para el futuro son la violencia, frustración y depresión.

El miedo nos afecta como animales gregarios y frágiles. La búsqueda de seguridad ha existido siempre pero paradójicamente, cuando mayor es nuestra seguridad, mayor es nuestro miedo. Cuantas más medidas antiterroristas se toman, más miedo hay, más medidas se desean y más inseguro se está.
Las sociedades más vigiladas no son las más pacíficas, sino a menudo las más violentas. ¿Nos habremos equivocado de camino?

Informe 2007 de Amnistía Internacional
Los gobiernos poderosos y los grupos armados están fomentando deliberadamente el miedo para erosionar los derechos humanos y crear un mundo cada vez más polarizado y peligroso.
La política del miedo está generando una espiral descendente de abusos contra los derechos humanos en la que ya ningún derecho es intocable y donde nadie está a salvo.
La brecha entre musulmanes y no musulmanes se hizo más profunda, avivada por las estrategias antiterroristas discriminatorias de los países occidentales. En todo el mundo aumentaron los casos de islamofobia, antisemitismo, intolerancia y ataques a minorías religiosas.
Con estos argumentos, Amnistía Internacional ha pedido a los gobiernos que rechacen la política del miedo e inviertan en instituciones de derechos humanos y en el Estado de derecho en los ámbitos nacional e internacional.

Paranoia futurista
¿Y si determinados grupos, ligados al gobierno o a intereses económicos, consintieran o provocaran atentados terroristas para conseguir un estado de opinión pública favorable a implantar una PaternoDictadura?
Es el argumento de la peli “V de Vendetta” pero aunque es de muy difícil demostración, según leo en el Magazine de La vanguardia, existen acusaciones de que ya se ha puesto en práctica por la Rusia de Putin, primero con el atentado del 18 de noviembre de 1994 y especialmente con los sangrientos atentados ocurridos en varias ciudades rusas en septiembre de 1999, para influir en la opinión pública y justificar el genocidio checheno (Según Yuri Felshtinski, autor de "Rusia Dinamitada" de Alba Editorial)

También se ha sabido que en Italia, enmarcado en la llamada «Operación Gladio», los servicios secretos estadounidenses y los de los países de la OTAN han perpetrado acciones terroristas «bajo banderas falsas» que causaron numerosas víctimas entre la población civil. Su objetivo era atribuir aquellos actos terroristas a diversas organizaciones de izquierda para atizar así la cólera contra los comunistas.