OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD Y AL LIBRE ALBEDRÍO

domingo, 26 de junio de 2011

¿REVOLUCIÓN DE INDIGNADOS O INDIGNA REVOLUCIÓN?

Lo primero a recordar es que una Revolución busca la Utopía. Una Revolución es un Sueño.

Siempre es más fácil recordemos a los niños — expresar lo que no nos gusta que concretar lo que nos gusta y sobretodo cómo conseguirlo. No nos gusta sufrir ni ser infelices, ansiamos la felicidad pero ¿cómo conseguirla? Ahora estamos expresando pacíficamente que no nos gusta la Democracia representativa que se han montado entre la mayoría de políticos, que ansiamos otra Democracia mucho más trasparente y participativa pero que no se tiene todavía claro cómo conseguirla.

Somos individualistas obligados a vivir en grupo y por tanto obligados a organizarnos para asegurar una convivencia civilizada. Según aumenta el nivel de la organización, su complejidad también lo hace. Así, podemos considerar los niveles de complejidad creciente: nuestra Comunidad de la escalera o Urbanización, nuestro Pueblo o Ciudad, nuestro Estado y finalmente las organizaciones supra estatales como la Unión Europea, Naciones Unidas o más genéricamente la comunidad internacional planetaria.

Las posibilidades organizativas son diversas. El Pasado — nuestra Historia — aunque condiciona y mucho, no debería limitar el Presente ni mucho menos el Futuro. Afortunadamente, la Historia es un proceso abierto, imprevisible y que hacemos cada día entre todos.

Para organizarse eficazmente hay que decidir y para que la toma de decisiones sea lo más adecuada habrá que reflexionar y debatir las diferentes opciones e intereses en juego. Siempre habrá intereses personales, locales y generales en juego. Parece indiscutible que la Asamblea es un buen ámbito deliberativo pero ¿también lo es para concretar la toma de decisiones? Aquí el desacuerdo puede ser muy grande.

El grave problema que tiene el individuo como miembro de un grupo social es el de conjugar sus intereses e ideas con las del resto. Tarea nada fácil. El caso óptimo se produce cuando el individuo es capaz de persuadir al resto para que todos sigan sus ideas. Evidentemente este caso por excepcional no vale la pena concederle más espacio. En el caso habitual, tendremos que aceptar sacrificádamente las ideas e intereses mayoritarios del grupo dado que excluirnos del grupo, en el caso de que fuera posible, nos sería mucho más perjudicial. La generosidad, la flexibilidad, la tolerancia y el sacrificio de los miembros de cualquier grupo para alcanzar el objetivo común son imprescindibles. Si no hay aceptación del objetivo común, no hay grupo. No se puede pertenecer a un grupo sin asumir el objetivo que le da sentido como grupo. No se puede boicotear las decisiones que no nos gustan y apoyar las que sí interesan.

Cuando formamos una Asociación debatimos unos estatutos, elegimos una Junta Directiva, confiando en ella las decisiones rutinarias o las más urgentes. Pero será finalmente, la Asamblea la que decida si la Junta lo ha hecho correctamente. Ni la Junta puede actuar en beneficio personal, ni el grupo puede desentenderse de las tareas asociativas. Cada miembro debe dedicar cierto esfuerzo a participar para apoyar y controlar a la Junta. En caso contrario, los miembros de la Junta se sentirán abandonados pudiendo acabar quemados. También puede surgir la tentación de actuar en beneficio personal.

Desde el fin de la Dictadura, nuestra Democracia se ha construido esencialmente representativa, creándose una clase política profesional que ha hecho política para la ciudadanía pero sin apenas contar con ella más que en la formales votaciones cuatrienales. Incluso la iniciativa popular se ha concebido bajo mínimos por miedo al Populismo. Todo ello en plan paternalista ya que después de tantos años de dictadura se nos presuponía inútiles para el ejercicio de la Política.

La concepción negativa de las decisiones populares (tildada de "Populismo") por que la Historia tiene ejemplos con consecuencias indeseables, como el Fascismo que alcanzó el poder por votación popular, debería recordarnos que el Populismo nace y se desarrolla gracias a la degradación e ineficacia de las estructuras políticas y es ahí donde habría que poner todo nuestro esfuerzo antes de que sea demasiado tarde.

Pero han pasado suficientes años para elevar la cultura política, Internet funciona a pleno rendimiento y el sistema político montado por el PPSOE en tiempos de crisis económica se ha vuelto insufrible provocando que finalmente se haya alcanzado masa crítica de ciudadanos indignados que exigen Democracia Real ya.

La incipiente Revolución de los Indignados está sufriendo los lógicos ataques que marca el protocolo defensivo de los Poderosos para estos casos:

· - Manipulación informativa para criminalizarlos y segar simpatías, gracias a fidelidad de la gran Prensa.

· - Asustar mediante violencia policial y las acusaciones penales de los obedientes Fiscales.

· - Ningunearlos por ser cuatro gatos en comparación con los votantes.

· - Dividirlos generando y potenciando las posibles diferencias internas

· - Dejar que se quemen ellos solitos por aquello de que el tiempo todo lo cura o hace olvidar.

· - Ofrecerles finalmente algunos gestos simbólicos para aparentar que son escuchados y que estudiarán sus demandas (sin ninguna intención real de cambio)

· - Movilización de todo tipo de palmeros para que critiquen los puntos débiles del movimiento indigno. En cualquier caso la crítica constructiva y la autocrítica siempre deben considerarse como un gran motor para elevar el listón del debate.

· - Indignarse con las graves acusaciones generalizadas contra los sufridos políticos y con la pretensión de hacer borrón y cuenta nueva de nuestra esforzada y modélica Democracia.

· - Considerar que todo es consecuencia exclusiva del grave problema del Paro generado por la crisis económica y que en cuanto cambie el ciclo, no habrá motivos de indignación.

· Pretender que el movimiento de Indignados se transforme en Partido o que sus miembros ingresen en los Partidos actuales para transformarlos, lo que sería suicidio jugando con las reglas actuales, ¡claro!

Frente a esta completa actuación diversa, gradual y concertada, la respuesta debe estar impregnada por la esencia de cualquier actuación: escuchar la críticas y hacer la autocritica necesaria, firmeza en lo esencial, unidad entre sus miembros, renuncia a la No Violencia, paciencia, eficacia en las deliberaciones y actuaciones que seguro se irán concretando poco a poco. Sin olvidar que hay que ir "vendiendo" lentamente la Revolución en el día a día y en nuestro entorno para extender su base social ya que no hay otra posibilidad.

Tampoco podemos caer en la renuncia buenista de cierta "violencia" y del uso dosificado de la desobediencia civil. Bloquear instituciones, molestar, gritar, insultar, escupir, tirar huevos o pintura a nuestros políticos, puede estar totalmente justificado en los tiempos que corren para que dejen el autismo en casa. No les hagamos el juego de disculparnos cuando se nos acuse por ello de ser violentos. Su violencia, física y jurídica, es incomparablemente mayor.

¡Van de farol! ¿Alguien puede imaginarse un proceso penal contra 10-15 indignados por manchar de pintura a un Diputado, con listados masivos de autoacusados, para finalmente volver a tener presos políticos con manifestaciones pidiendo su anmistia?

Sugiero que, sin prisas, vayamos concretando nuestras exigencias de cambio y aumentando la presión para que se incorporen a nuestra legalidad.

La reacción de nuestros políticos dirigida exclusivamente a matar al mensajero, sin escuchar el mensaje, debería reforzarnos.

Cuando los que de verdad mandan asuman que no hay más remedio que sacrificar algunas fichas, finamente indicarán a nuestros "mejores" políticos que su tiempo ha pasado, como ocurrió con los Procuradores franquistas en la Transición, que acabaron haciéndose el haraquiri.

sábado, 18 de junio de 2011

Angustiados, asustados o directamente aterrados

La Vanguardia comenta hoy una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas sobre el estado de ánimo de los españoles que me parece de gran interés . . . por lo mal que andamos de ánimo.

Es muy oportuna esta cita: El temor ha sido históricamente un instrumento de control social. Así, el Poder genera miedo y luego se presenta como solución. (Enrique González Duró autor del libro Biografía del Miedo)

Este es el texto de Carles Castro:

El mundo parece desmoronarse ante los ojos angustiados de los españoles. El recelo, la incertidumbre o incluso el miedo crecen a una velocidad insólita entre la población. Sólo uno de cada diez ciudadanos considera que el planeta es ahora un lugar más seguro que hace apenas cinco años. Y la misma aprehensión suscita la realidad española en su conjunto: dos de cada tres ciudadanos consideran que España es menos segura que cinco años atrás.

Las mujeres y aquellas personas de entre 45 y 54 años son los ciudadanos que mayor angustia expresan ante el mundo que los rodea: alrededor del 70% de ellos lo percibe más inseguro que hace cinco años. Pero, aun así, la sensación de inseguridad afecta a todos los estratos sociales: alcanza a más del 60% entre los ricos y se acerca al 70% entre los más pobres. Son datos del último barómetro del CIS, realizado a comienzos de mayo pasado.

El impacto de estas percepciones sobre el binomio seguridad-libertad está siendo demoledor: actualmente, sólo un 28% prefiere tener más libertad si "eso implica perder algo de seguridad", mientras que casi el 64% está dispuesto a sacrificar "algo de libertad" a cambio del máximo de seguridad. A partir de ahí, podría parecer que los ciudadanos españoles viven aterrados por la situación de inseguridad pública. Y, de hecho, casi el 70% de los consultados se muestran partidarios de instalar más cámaras de videovigilancia en los espacios colectivos (frente a menos de un 14% que se manifiesta en contra).

Vistas en detalle, estas actitudes son aún más categóricas. Por ejemplo, casi el 82% de los ciudadanos apuesta por instalar cámaras de seguridad en colegios y guarderías (cuatro puntos más que hace dos años), mientras que cerca de un 80% (cinco puntos más) apoya su instalación en los transportes. Y un 66% (quince puntos más que en el 2009) quiere implantar la videovigilancia en las comunidades de vecinos, e incluso un 56% (once puntos más) apoya la instalación de cámaras en sus lugares de trabajo.
Estas percepciones parecen dibujar una sociedad española atenazada por el miedo a salir de casa. Y, sin embargo, cuando se pregunta a los ciudadanos por el problema que más les afecta personalmente, sólo un 1,5% alude a la inseguridad pública. En primer lugar figura el paro (36,5%), seguido de las dificultades económicas (22,7%) y, ya a gran distancia, de la clase política (3,9%).

¿Qué temen, entonces, los españoles? La respuesta se centra, sin duda, en el derrumbe del mundo que han conocido y en el desplome de las certezas que han dado seguridad a sus vidas. Pero ese derrumbamiento tiene más que ver con la crisis de la economía que con los atracos callejeros. No hay más que ver el índice de riesgos que expresan los ciudadanos. Ciertamente, más de la mitad juzgan muy o bastante probable ser víctimas de un robo; una percepción que apenas distingue de sexo, edad o filiación partidista. Pero a renglón seguido una proporción similar de consultados considera muy probable quedarse "sin el dinero necesario para atender las necesidades básicas de su familia". Y lo que es más significativo: una cifra mucho mayor, casi el 80%, ve aún más probable quedarse en paro.

Claro que si se interroga directamente a los ciudadanos sobre sus mayores temores, la respuesta clarifica el origen de la incertidumbre. A la pregunta sobre "qué es lo que le da más miedo que le pueda ocurrir", los españoles se centran mayoritariamente en dos eventualidades relacionadas con la crisis: quedarse sin el dinero necesario para sus necesidades básicas (35,5%) o perder su empleo (32,2%). Sólo un 15,5% señala un robo o un atraco como los sucesos que le provocan más miedo en este instante, mientras que otro 12% alude a la pérdida de sus ahorros.

En definitiva, la crisis económica y los inevitables recortes en el sistema de protección social están teniendo un impacto que reduce a la categoría de anécdota la cifra de indignados que han venido ocupando algunas plazas de las ciudades. La verdadera cifra relevante afecta a otra categoría no menos inquietante desde el punto de vista social y político: los angustiados, asustados o directamente aterrados. No son cientos ni miles: son millones.

Creo lamentable que valoremos más la Seguridad que la Libertad o el Tener frente al Ser. Necesitamos una revolución interior. La Libertdad genera Miedo mientras la Seguridad tranquiliza aunque sólo sea como placebo.



jueves, 16 de junio de 2011

Discutir, debatir, dialogar. Convivir

En nuestro pequeño espacio de individualidad disfrutamos haciendo lo que nos viene en gana, todo lo contrario ocurre en nuestras relaciones sociales, ya sea en el ámbito familiar, de amistades o en el laboral. En estos ámbitos, cualquier actuación debe conciliar los intereses de todos sus miembros, para mantener la armonía que exige la buena convivencia.
Gracias, o por culpa, de la maravillosa biodiversidad de los humanos, prácticamente no hay dos personas que coincidan en gustos e intereses al completo. Entonces surge la pregunta del millón, Dejando de lado las demasiado frecuentes situaciones de ruptura de la convivencia, ¿Cómo podemos conseguir convivir con suficiente armonía?

Así, un tema aparentemente simple como es el organizar una cena que reúna a un grupo excompañeros de estudio que hace más de 20 años no se han visto, será un reflejo las actitudes personales de los convocados.
Lógicamente cada convocado tiene unos gustos gastronómicos y unas posibilidades económicas diferentes al resto, lo que podría provocar un debate. Si las actitudes personales son flexibles, todos aceptarán la propuesta mayoritaria, pero si hay varios que se atrincheran en una postura inflexible y no consiguen que sea asumida por el resto, sólo caben posibles finales negativos. Bloquear con discusiones infinitas la organización e impedir que la propuesta de reunión prospere, asumir con victimismo la decisión de la mayoría y asistir con actitud negativa haciendo patente la disconformidad permanentemente, o la más radical: desmarcarse y no participar o organizar otra cena diferente para la minoría discrepante.
Cuando no consideramos temas irrenunciables (en este caso un ejemplo podría ser, ir a cenar e intentar marcharse sin pagar) la flexibilidad de la actitud debería estar modulada por el objetivo principal de la reunión que no es otro que el reencuentro después de años con nuestros compañeros de estudios para pasar un rato estupendo recordando anécdotas y batallitas de aquella entrañable época de nuestra juventud. La calidad de la comida o su precio más caro que nuestro nivel habitual de gastos, al cabo de los años serán anecdótas sin ninguna importancia.

Cuando defendemos públicamente nuestras opiniones e intereses, deberíamos hacerlo con flexibilidad y generosidad (los budistas quizá dirían con amor y altruismo). Según los psicólogos esta defensa puede ser, pasiva dejándose arrastrar por la mayoría, agresiva discutiendo ferozmente mediante gritos o amenazas para imponer nuestra opinión y derrotar al contrario, o asertiva, dialogando de forma constructiva y flexible con el fin de llegar a soluciones de consenso.
Si partimos de posturas inflexibles y nuestra única finalidad es conseguir que la mayoría las acepte, tenemos muchos números para frustrarnos, excepto que nuestra capacidad de liderazgo sea inmensa para convencer a la mayoría.

En cualquier ámbito de las relaciones sociales, todo es opinable y TODOS tenemos parte de razón pero nunca tendremos TODA la razón.

Para poder funcionar colectivamente hay que tomar decisiones prácticas y operativas. En unos casos las tomará el Jefe (militar o empresarial) en otros se tomarán por votación (caso de los Parlamentos) y más modernamente en otros, se tomarán tras un proceso, más o menos largo, de participación ciudadana que aúne posturas inicialmente diversas hacia una cierta unanimidad que haga innecesaria la votación final.

Lo ideal es conseguir que el colectivo tome las decisiones por unanimidad pero esto requiere de sus miembros una buena cultura democrática que lamentablemente no parece ser el caso, siendo frecuente que participemos exclusivamente para defender intereses personales y por tanto cualquier otra decisión que nos perjudique, aunque sea mínimamente, nos sea inasumible.

Debemos tener claro que una buena convivencia social es un inmenso beneficio para todos, aunque no se pueda contabilizar monetariamente, que compensará suficientemente nuestros sacrificios personales. Un ejemplo, el pago de impuestos. ¿Qué ocurriría en el hipotético caso de que no hubiera impuestos y tuviera que decidirse su creación? Un enfoque inmediato en el caso de que tuviéramos mucho dinero, y por tanto no necesitar servicios públicos ya que los podemos conseguir de forma privada, sería oponernos a los impuestos, pero si miramos el objetivo general de elevar la convivencia social, está claro que aunque nos toque pagar más que a otros, deberíamos apoyar la creación de impuestos (ahora no se trata de hablar sobre la justicia concreta de sus detalles). Por otra parte, el que cumpliendo la legalidad no paga impuestos o paga una escasa cantidad, no debería olvidar que su nivel de vida se debe a la generosidad del resto de ciudadanos. Practicamos habitualmente una inmensa solidaridad, ya sea la obligada por las leyes que nos hemos dotado o por una voluntariedad creciente.

En conclusión, creo necesario un esfuerzo personal previo para fomentar la tolerancia y la generosidad para que la participación política sea provechosa. En el fondo, es aplicar inteligencia social.

martes, 14 de junio de 2011

"Somos apartidistas, no apolíticos"

El autor de la frase "somos apartidistas, no apolíticos" es un genio. Dio en la tecla. Hay un error en la Constitución al plantear que los canales de participación son los partidos. El ciudadano ha sido apartado y se ha caído en la partitocracia. (Julio Anguita)

Recuerda:

- Mañana: cap al Parlament (http://acampadadebarcelona.org/aturemelparlament/). ¡Ah! El vídeo ¿Les vas a dejar? es francamente bueno ) y

- el próximo domingo 19 a las 17h de nuevo en la Plaza Cataluña, tenemos estupendas ocasiones de participar en la Política: Los vídeos del 19-J toman la Red (http://www.publico.es/espana/381715/los-videos-del-19-j-toman-la-red).

sábado, 11 de junio de 2011

Utopía necesaria como el pan de cada día

“Ella está en el horizonte
Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos
y el horizonte se corre diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar”


(Eduardo Galeano)

viernes, 10 de junio de 2011

¿DEMOCRACIA?

Una imagen vale por miles de palabras
Visto en rebelion.org

miércoles, 1 de junio de 2011

Aparecen 4.659 piratas en Barcelona

Los 4.659 piratas de Barcelona en esta singladura no han conseguido abordar la nave del tesoro. ¡Habrá que seguir intentándolo!
http://elecciones-2011.lavanguardia.es/2011/resultados-totales-barcelona-municipio.html