OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD Y AL LIBRE ALBEDRÍO

sábado, 22 de septiembre de 2007

EL PODER DE LOS PEQUEÑOS GESTOS INDIVIDUALES

¿Y yo qué puedo hacer?
Todos podemos hacer algo. Los grandes cambios tienen su origen en pequeños cambios, casi inapreciables hasta que se consigue suficiente masa crítica.
Es cierto que muchas veces las protestas no van más allá de un pequeño grupo de gente convencida. Por ejemplo, las protestas de Green Peace contra la destrucción del Medio Ambiente muy rara vez llegan a movilizar a sectores más allá de los activistas convencidos. La gente las ignora y los medios de comunicación les prestan escasa atención. Soy optimista y al final acabarán cambiando muchas cosas necesarias.
¡Nunca desestimes la fuerza que tienes ni tú capacidad de acción!

Aquí cito algunos ejemplos llamativos:

Retrocediendo en el tiempo y viajando a Estados Unidos, cuna de casi todo lo mejor y lo peor, encontramos un personaje irrepetible del XIX, H. D. Thoreau, defensor de la libertad individual, de la vida sencilla y en contacto con la naturaleza y luchador contra la hipocresía social. Escribió “Walden o la vida en los bosques” (publicado por Catedra) y “Desobediencia civil” (publicado por Tecnos).
Thoreau fue encarcelado por negarse a pagar impuestos a un Estado que consideraba injusto. Cuando su amigo Emerson le visitó en la cárcel, le preguntó ¿Qué haces ahí dentro? A lo que Thoreau contestó ¿y tú que haces ahí fuera?

Uno de mis recuerdos imborrables es el del escritor Antonio Gala liderando el movimiento ciudadano contra el ingreso de España en la OTAN. Gala nunca había salido de su cómodo mundo literario pero su escala de valores le decidió a actuar. No ganó su opción, pero lo intentó. Siempre merece la pena intentarlo. ¿Sino de qué vamos a estar orgullosos al final de nuestros días?

Otro ejemplo de intelectual comprometido, sin miedo a la polémica ni a vivir amenazado, es el filósofo Fernando Savater que ha saltado al ruedo para enfrentarse a ETA y al nacionalismo vasco. Supongo que su vida sería mucho más fácil fumando un puro mientras disfruta de las carreras de caballos y “mirando para otro lado”.

Puedes ser espectador y sentarte cómodamente en la butaca para contemplar lo que hacen los demás o puedes subir al escenario y contribuir como un actor más. Tú eliges el papel.

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