Leo en La Vanguardia de ayer una entrevista a una grafóloga que me deja alarmado.
Me produce alarma que analizando la “t” se pueda conocer si padecemos Bulímia o Anorexia. ¡Lástima que no se pueda saber si tenemos colesterol o un tumor!
Me produce más alarma que si nuestro trazo es pastoso se pueda deducir que somos unos cocainómanos. ¿Averiguarán también mi adicción a los “mojitos”?
Me produce inmensa alarma que analizando la letra “g” (¿tendrá relación con el famoso punto G, tan prometedor como inalcanzable?) se puede saber nuestro comportamiento sexual. ¡Si eres ninfómana lo vas proclamando a los cuatro vientos!
Si nuestra grafóloga no va de farol, cada vez que escribimos a mano nos estamos desnudando sin saberlo. Yo desde ya, dejaré de hacerlo si no es en presencia de mi abogado.
Cuando participamos en una selección de Personal lo tenemos crudo. ¡Utilizan un arma más potente que el famoso detector de mentiras!
Nunca imaginé que la Grafología pudiera conocer datos tan concretos e íntimos. ¿Qué otras posibilidades no nos habrá revelado la grafóloga en la entrevista?
Los grafólogos, a la chita callando, se pueden enterar de más cosas que otros utilizando tecnología de última generación con la que estamos más sensibilizados.
Creo que se precisa con urgencia la regulación de la Grafología. Mientras tanto, espero que algún grafólogo disidente nos ofrezca un Manual de Escritura Defensiva para cuando sospechemos que van a analizar nuestra letra.
Me produce alarma que analizando la “t” se pueda conocer si padecemos Bulímia o Anorexia. ¡Lástima que no se pueda saber si tenemos colesterol o un tumor!
Me produce más alarma que si nuestro trazo es pastoso se pueda deducir que somos unos cocainómanos. ¿Averiguarán también mi adicción a los “mojitos”?
Me produce inmensa alarma que analizando la letra “g” (¿tendrá relación con el famoso punto G, tan prometedor como inalcanzable?) se puede saber nuestro comportamiento sexual. ¡Si eres ninfómana lo vas proclamando a los cuatro vientos!
Si nuestra grafóloga no va de farol, cada vez que escribimos a mano nos estamos desnudando sin saberlo. Yo desde ya, dejaré de hacerlo si no es en presencia de mi abogado.
Cuando participamos en una selección de Personal lo tenemos crudo. ¡Utilizan un arma más potente que el famoso detector de mentiras!
Nunca imaginé que la Grafología pudiera conocer datos tan concretos e íntimos. ¿Qué otras posibilidades no nos habrá revelado la grafóloga en la entrevista?
Los grafólogos, a la chita callando, se pueden enterar de más cosas que otros utilizando tecnología de última generación con la que estamos más sensibilizados.
Creo que se precisa con urgencia la regulación de la Grafología. Mientras tanto, espero que algún grafólogo disidente nos ofrezca un Manual de Escritura Defensiva para cuando sospechemos que van a analizar nuestra letra.
El enlace para la entrevista: http://www.lavanguardia.es/premium/epaper/20070922/53395355405.html
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