Temerosos y temerarios
A partir de unos mínimos, la necesidad de Seguridad, como la necesidad de comer, es una opción personal que viene determinada en principio por la percepción personal que tenemos de esa inseguridad que puede ser mayor (caso de las personas temerosas) o menor (para las personas más temerarias).
Las personas mayores debido probablemente a tener las facultades físicas más debilitadas suelen ser más miedosas que los jóvenes. Pero entre los adultos unos son más asustadizos sin motivo aparente.
Influencia mediática
Los medios de comunicación nos transforman en testigos directos de todas las atrocidades cotidianas que ocurren no solo es España sino a lo largo de todo el planeta. Atrocidades que siempre han existido de una forma u otra aunque lo desconociéramos o únicamente tuviéramos alguna referencia escasa, son magnificadas por los medios de comunicación. Así, sin que estadísticamente nuestra época sea más violenta que otras (me atrevo a opinar que lo es bastante menos) parece que lo sea.
Probablemente el mayor y más rápido acceso a las noticias que tenemos en esta época tan mediática en la que se interrumpen los programas de radio y TV para anunciarnos cualquier atentado terrorista que haya tenido lugar hace tan solo unos minutos y mostrarnos con obsceno detalle los cuerpos mutilados, acrecienta nuestros miedos innatos.
Reacción visceral
Cuando una persona habitualmente preocupada por su seguridad contempla angustiada las imágenes sangrientas de un atentado, y además le informan de que se vaya preparando, ya que habrá más atentados, su primer deseo es que el Gobierno tome todas las medidas excepcionales que sean necesarias para que eso no vuelva a ocurrir, aun a costa de perder parte de su libertad e intimidad. Estas personas tienen que estar permanentemente conectadas con sus seres queridos para tener siempre la tranquilidad de que están bien.
Trabajo para los psicólogos
Es tan inútil pretender convencer a personas temerosas de que acepten los riesgos actuales del terrorismo, como intentar convencer al que tiene pánico a volar, de que acepte que los aviones son seguros. Únicamente un adecuado tratamiento psicológico les ayudará a aceptar los riesgos.
Estas personas aceptan de buena gana cualquier medida policial que les ofrezca Seguridad aunque les suponga incomodidades al pasar controles o nuevos recortes en las libertades. Creo que esta es una falsa solución. La verdadera, ha de basarse en ser capaz de asumir los riesgos, con suficiente control y distanciamiento, para poder llevar una vida más feliz.
OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD Y AL LIBRE ALBEDRÍO
domingo, 16 de septiembre de 2007
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