Estamos de acuerdo en que para ser felices entre otras cosas necesitamos Seguridad, los desacuerdos vienen cuando queremos concretar “cuanta” Seguridad necesitamos y “como” conseguirla.Preguntas equivocadas
Con frecuencia hay debates que plantean la elección entre Seguridad o Libertad para luchar contra el terrorismo o contra la delincuencia. Este planteamiento me recuerda esa malévola pregunta que se hace a los niños: ¿a quien quieres más, a Mamá o a Papá?
En ambos casos se trata de preguntas capciosas que no deberíamos plantear. Igual que quiero a Mamá y a Papá, quiero vivir con Seguridad y con Libertad.
El equilibrio
La Seguridad y la Libertad tienen que estar en equilibrio ya que en el momento en que una de las dos resulte disminuida, nuestra vida saldrá gravemente perjudicada. Pero debido a los continuos cambios sociales, este equilibrio no tiene más remedio que ser inestable pero al fin de cuentas, equilibrio. Si el equilibrio se rompe, todos perdemos.
No debemos olvidar, que cualquier recorte legal de derechos y garantías alienta la arbitrariedad policial o política. Todos acabaremos siendo sospechosos.
“Prefiero morir de un navajazo en el Metro de Nueva York que acabar mis días encerrado en un sanatorio de salud mental para disidentes, en la URSS” (Felipe González)
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