Declarar la “guerra” al terrorismo islamista como ha hecho G. Bush parece excesivo y equívoco ya que se trata de un problema muy diferente y con soluciones también diferentes.
Tenemos otros problemas que causan más víctimas, como el Hambre o el SIDA que justificarían movilizar recursos extraordinarios como si se tratara de una declaración de guerra.
¿Cuándo empezaremos a valorar a las víctimas únicamente como seres humanos iguales, con independencia de su lugar de nacimiento?
Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.
(Miguel Hernández)
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