Es interesante el comentario que hace Takeya: “En Japón es obligatorio que los móviles emitan un efecto de sonido fácilmente identificable cada vez que se toma una fotografía. Este sonido no se puede desactivar ni bajar de volumen, y suena incluso cuando el móvil está silenciado. Desde luego no es la solución definitiva, pero hace que al menos sea difícil tomar fotos de extranjis en lugares públicos como gimnasios, vestuarios o lavabos, porque las personas de alrededor escucharán el sonido (a no ser que haya mucho ruido...). Esto disuade a los voyeurs al menos en un número limitado de ocasiones”.
En Corea, se obligó en 2004 a los fabricantes a crear teléfonos cuyas cámaras emitan un sonido de 65 decibelios -algunos más que una conversación humana- al tomar una fotografía.
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