Ahora, gracias a los avances tecnológicos, es posible convertir el código de ADN de una persona, o sea su huella genética, en un algoritmo y almacenarlo en una Base de Datos genéticos que además permite relacionar en segundos el ADN de cualquier persona con todos los incluidos en la Base. Un violador, por ejemplo, puede ser vinculado así con casos anteriores en los que se hayan recogido pruebas. O, aun sin tener un sospechoso, se puede saber si hay un mismo autor detrás de distintos delitos.
Lo que antes llevaba semanas, ahora sólo tarda algunas horas.
En España, dentro de un mes, entrará en vigor la Ley que autoriza la creación de una única Base de Datos de ADN para uso policial. Así, para la investigación de determinados delitos, la policía judicial procederá a la toma de muestras del sospechoso.
Para la toma de muestras de un sospechoso, que no de su consentimiento, se necesitará autorización judicial. Lo que quiere decir que como te opongas, te arrancarán el pelo o te extraerán sangre a la fuerza, si el juez lo permite. Este criterio ya había sido introducido en una reforma del Código Penal en 2003.
Sólo podrán inscribirse en esta Base de Datos policial los datos que proporcionen, información genética de la identidad de la persona y de su sexo (¡que obsesión tienen con el sexo!) y obtenidos únicamente durante una investigación criminal. No se podrán incluir datos que permitan revelar cualquier otra característica genética o el genoma completo.
El Reino Unido es el único país europeo que de momento ha ido más lejos ya que obtiene los perfiles genéticos de todos los detenidos por cualquier delito, lo cual les ha permitido tener unos tres millones de perfiles genéticos. Además, los datos nunca son borrados, incluso si los sospechosos son absueltos. En España, el período de conservación de los datos, dependerá del tipo del delito y de la resolución judicial con que finalice el procedimiento penal.
El Ministro Rubalcaba ha explicado que actualmente la base de datos de la Policía Nacional y la Guardia Civil cuenta con 45.000 perfiles genéticos, de los que aproximadamente el 90% son anónimos.
Ahora, cuando tras un delito se recogen muestras del perfil genético en el lugar de los hechos, este perfil anónimo se introduce en la base de datos y en un 20% de los casos el perfil resulta estar ya almacenado. Esto significa que una misma persona ha cometido un nuevo delito aunque no se sepa de quién se trata.
El Tratado de Prüm
El Tratado relativo a la profundización de la cooperación transfronteriza, en particular en materia de lucha contra el terrorismo, la delincuencia y la migración ilegal, fue suscrito por siete países miembros de la Unión Europea en la ciudad alemana de Prüm en 2005 y ratificado por España en 2006, nos obliga a intercambiar con el resto de países, los datos que almacena esta Base de Datos genéticos.
Una utilidad interesante será para identificar cadáveres anónimos.
De momento, la Base de Datos parece aceptable pero el problema vendrá más adelante ya que los polis van a disfrutar mogollón con el juguete y querrán meter en la Base los datos de todos los españolitos, por muy inocentes que sean, y si no . . . tiempo al tiempo.
¡Todo sea por nuestro bien, por el ego de algunos y por el bolsillo de otros¡
PD. Esther Mitjans, Directora de la Agencia Catalana de Protección de Datos, afirma en La Vanguardia del 10 de noviembre que “Vamos a un mayor control de la población y se pueden vulnerar derechos como la presunción de inocencia”. “El problema es que no hay debate sobre este asunto, y debería de existir”. También destacó la efectividad de la huella genética en la lucha contra el crimen pero no obvió que hay riesgos. Por ejemplo, que por tratarse de información sanitaria sensible debe estar muy protegida o el gran número de personas que estarán incluidas en el fichero (En Francia y Reino Unido se incluyen cada vez más, datos de delitos menores)
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