OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD Y AL LIBRE ALBEDRÍO

viernes, 17 de agosto de 2007

MIS QUERIDOS DATOS PERSONALES


Comenzamos aquí otra serie de “Entradas” dedicadas en esta ocasión a los Datos Personales, tema muy relacionado con nuestra Intimidad y Libertad ya que mantener el anonimato es fundamental para expresarnos con libertad como ciudadanos en democracia, evitando temores o represalias que la limiten. Pero para conseguir tener suficiente anonimato, cada uno de nosotros ha de tener el control de sus datos personales.

“Nunca antes como en la actualidad ha sido posible saber tanto de tantas personas sin que ellas mismas lo sepan”.
“En nada exagero al afirmar que del respeto a la protección de datos depende en gran medida el futuro de una sociedad en libertad, respetuosa con los derechos de las personas y en particular de su dignidad, pues no podemos olvidar que cuando alguien trata ilegítimamente nuestros datos personales está manipulando nuestra identidad y, en consecuencia, está jugando con nuestra dignidad”.
Dicho esto por José Luis Piñar (Director de la Agencia Española de Protección de Datos) es preocupante.

El Tiempo y la Distancia ya no son lo que eran
Hasta hace unos años, las fronteras de la privacidad estaban defendidas por el tiempo y la distancia. El paso del tiempo hacía que se olvidaran los recuerdos de las actividades ajenas, impidiendo, así, la configuración de una historia lineal e ininterrumpida de las personas. La distancia, hasta hace poco difícilmente superable, impedía que tuviésemos conocimiento de los hechos que, protagonizados por los demás, hubieran tenido lugar lejos de donde nos hallábamos. Así, el tiempo y la distancia operaban como salvaguarda de la privacidad de la persona. Uno y otro límite han desaparecido hoy debido a las modernas tecnologías de la información y de la comunicación que permiten salvar sin dificultades la distancia (el mundo es una aldea) y el tiempo posibilitando almacenar todos los datos y acceder a ellos en apenas segundos, por distante que fuera el lugar donde transcurrieron los hechos, o remotos que fueran éstos.

La tecnología abre tantas oportunidades para proteger la privacidad como retos para
salvaguardarla.
La tecnología actual permite que la mayoría de nuestros gestos cotidianos puedan ser desvelados y reproducidos. Al pagar con una tarjeta de crédito en peajes o en tiendas vamos dejando rastros que permitirían desde recomponer el mapa de nuestros horarios y movimientos hasta retratar nuestra cesta de la compra, nivel de gasto o hábitos de ocio y consumo. A eso hay que añadirle que hoy cualquiera te puede sacar una foto o filmarte en cualquier lugar y sin que te des cuenta; cualquiera puede grabar las conversaciones que tienes por la calle, en un autobús o en un bar; las preguntas que haces en un foro público o las respuestas que se te ocurren. Y difundirlo luego, en abierto, a través de Internet (Luisa Etxenike)

Cruzando datos
Determinados datos personales considerados aisladamente unos de otros no proporcionan apenas información sobre una persona concreta pero si se unen, pueden permitir hacer una valoración global de su personalidad. Por ejemplo, si consideramos aisladamente: nombre, DNI, estudios, películas que alquila en el videoclub, compras que paga con tarjeta, suscripción a periódicos y revistas, afiliación sindical, ingresos mensuales, modelo de coche, estado civil, segunda residencia, etc. no proporcionan la misma información de la persona que si los juntamos.

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