Este comentario lo he encontrado en el Blog del eurodiputado Ignasi Gauardans que hace unos días fue noticia al denunciar los abusos que se producen en los controles de nuestros aeropuertos. Aunque escrito el pasado julio, creo que no ha perdido vigencia y es muy clarificador para hacernos reflexionar sobre nuestra sumisión ante una situación tan indigna como desproporcionada.
No podemos avanzar con sentimiento de inevitabilidad para pasar el Control haciendo interminables “eses” y con la mansedumbre del ganado camino del matadero ante la mirada vigilante, y en ocasiones la prepotencia, del que se siente arropado tras de un uniforme. Tenemos que empezar a exigir un trato digno, con educación pero con firmeza. En caso contrario, cada vez tendremos más y más de lo mismo.
Me pregunto: ¿Los periodistas, los fiscales, los jueces no sufren estos controles?¿Cómo no los denuncian?
Este es el texto:
“Escribo estas líneas desde el avión camino de Bruselas. Poco rato después de pasar otro control de seguridad.
A mi lado una chica descalza reclamaba sus zapatos. Yo ya le he dicho que lo que le hacían no tiene ninguna base legal, es como si un policía municipal la hiciera descalzar en la plaza Cataluña. O la hiciera bailar alrededor de una farola, para comprobar que no ha bebido antes de coger la moto. Pero claro. La gente no quiere discursos. Esta chica lo que quiere es recuperar las sandalias, coger el avión y que la dejen en paz. Ya ha sufrido lo suficiente haciendo una larga cola para facturar el equipaje, porque le han dicho que si no le tirarán la crema solar de 35 euros que se ha comprado. Y ha hecho otra cola para pasar este control. A partir de aquí ya es una mujer sometida, como sometidos son los hombres y chicos que han pasado antes o que seguirán. Quizás gente con poder en su trabajo, grande o pequeño. Gente que normalmente es consciente de sus derechos, y que protestará si el camarero no le trae lo que pide, si el mozo de taller hace mal lo que le encarga, si ve que alguien lo quiere enredar”.
No tenemos tiempo para ser héroes “Pero en el aeropuerto todos bajamos la cabeza. Aceptamos la sumisión de unos minutos a la arbitrariedad más absurda. Unos por miedo o confianza ciega en el poder del uniforme: viene a ser lo mismo. Otros por una comprensible comodidad. Como la chica. No tenemos tiempo para ser héroes. "¡A ver, niña, quítate esos zapatos"! "¿Pero tú dónde vas cono esas botas"? ¿"Usted cree que lo que está bebiendo mi hijo puede hacer daño a alguien"? ¿"Y este pastel por que me lo tira?" "Porque está prohibido". No es fácil protestar en nombre de unos ciudadanos que no protestan
“Pero tampoco los Diputados podemos ser héroes. Suponiendo que tengamos ganas. No es fácil protestar en nombre de unos ciudadanos que no protestan. Estas normas son injustas, desproporcionadas y en buena medida inútiles. Se aprobaron por quien no podía hacerlo. Contienen excepciones que no se explican. Su aplicación es a menudo abusiva. Y los ciudadanos tienen derecho a más. Pero necesitamos su complicidad en la protesta”.“La semana que viene, en Estrasburgo, intentaremos cambiar un poco las cosas. Votaremos la retirada del texto que está detrás de este caos, y como alternativa, su mejora, la transparencia, y una mejor tutela ante el abuso. Los Diputados tendrán que retratarse. Será bueno que los ciudadanos viajeros los animen a defenderles con su voto”.
Efectivamente, el Parlamento aprobó una resolución solicitando la derogación de la prohibición sobre los líquidos que fue despreciada por la Comisión y el Consejo.
La falta de poder y de autoridad del Parlamento europeo ha vuelto a quedar patente en una Unión Europea carente de instituciones suficientemente democráticas.
Ver “OTRA VERDAD INCONVENIENTE”, “DESCALZOS POR EL AEROPUERTO”, “DENUNCIA QUE LE OBLIGARON A DESCALZARSE EN EL AEROPUERTO”
No podemos avanzar con sentimiento de inevitabilidad para pasar el Control haciendo interminables “eses” y con la mansedumbre del ganado camino del matadero ante la mirada vigilante, y en ocasiones la prepotencia, del que se siente arropado tras de un uniforme. Tenemos que empezar a exigir un trato digno, con educación pero con firmeza. En caso contrario, cada vez tendremos más y más de lo mismo.
Me pregunto: ¿Los periodistas, los fiscales, los jueces no sufren estos controles?¿Cómo no los denuncian?
Este es el texto:
“Escribo estas líneas desde el avión camino de Bruselas. Poco rato después de pasar otro control de seguridad.
A mi lado una chica descalza reclamaba sus zapatos. Yo ya le he dicho que lo que le hacían no tiene ninguna base legal, es como si un policía municipal la hiciera descalzar en la plaza Cataluña. O la hiciera bailar alrededor de una farola, para comprobar que no ha bebido antes de coger la moto. Pero claro. La gente no quiere discursos. Esta chica lo que quiere es recuperar las sandalias, coger el avión y que la dejen en paz. Ya ha sufrido lo suficiente haciendo una larga cola para facturar el equipaje, porque le han dicho que si no le tirarán la crema solar de 35 euros que se ha comprado. Y ha hecho otra cola para pasar este control. A partir de aquí ya es una mujer sometida, como sometidos son los hombres y chicos que han pasado antes o que seguirán. Quizás gente con poder en su trabajo, grande o pequeño. Gente que normalmente es consciente de sus derechos, y que protestará si el camarero no le trae lo que pide, si el mozo de taller hace mal lo que le encarga, si ve que alguien lo quiere enredar”.
No tenemos tiempo para ser héroes “Pero en el aeropuerto todos bajamos la cabeza. Aceptamos la sumisión de unos minutos a la arbitrariedad más absurda. Unos por miedo o confianza ciega en el poder del uniforme: viene a ser lo mismo. Otros por una comprensible comodidad. Como la chica. No tenemos tiempo para ser héroes. "¡A ver, niña, quítate esos zapatos"! "¿Pero tú dónde vas cono esas botas"? ¿"Usted cree que lo que está bebiendo mi hijo puede hacer daño a alguien"? ¿"Y este pastel por que me lo tira?" "Porque está prohibido". No es fácil protestar en nombre de unos ciudadanos que no protestan
“Pero tampoco los Diputados podemos ser héroes. Suponiendo que tengamos ganas. No es fácil protestar en nombre de unos ciudadanos que no protestan. Estas normas son injustas, desproporcionadas y en buena medida inútiles. Se aprobaron por quien no podía hacerlo. Contienen excepciones que no se explican. Su aplicación es a menudo abusiva. Y los ciudadanos tienen derecho a más. Pero necesitamos su complicidad en la protesta”.“La semana que viene, en Estrasburgo, intentaremos cambiar un poco las cosas. Votaremos la retirada del texto que está detrás de este caos, y como alternativa, su mejora, la transparencia, y una mejor tutela ante el abuso. Los Diputados tendrán que retratarse. Será bueno que los ciudadanos viajeros los animen a defenderles con su voto”.
Efectivamente, el Parlamento aprobó una resolución solicitando la derogación de la prohibición sobre los líquidos que fue despreciada por la Comisión y el Consejo.
La falta de poder y de autoridad del Parlamento europeo ha vuelto a quedar patente en una Unión Europea carente de instituciones suficientemente democráticas.
Ver “OTRA VERDAD INCONVENIENTE”, “DESCALZOS POR EL AEROPUERTO”, “DENUNCIA QUE LE OBLIGARON A DESCALZARSE EN EL AEROPUERTO”
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