Las dictaduras siempre intentan despolitizar al ciudadano por lo que no es de extrañar que la cada vez más patente Dictadura del Mercado también intente mantener despolitizado al Consumidor y reducirle a un mero comprador, guiado hábilmente por la sutil publicidad.
Pero gracias a la diversidad natural de los humanos, han surgido iniciativas que pretenden politizar al consumidor, lo cual si alcanzara suficiente masa crítica, puede llegar a ser una Bomba económica más potente que el Fondo Monetario, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, etc.
Un Consumidor politizado reflexiona sobre las consecuencias directas e indirectas y así puede considerar otros argumentos de compra, distintos a los habituales (precio, novedad, estética, …)
Argumentos medioambientales
El Consumidor puede considerar los aspectos medioambientales del producto (su Huella Ecológica).
Argumentos medioambientales
El Consumidor puede considerar los aspectos medioambientales del producto (su Huella Ecológica).
En el caso de los alimentos, los producidos ecológicamente tienen bastante tradición en el Mercado. Al ser un sector maduro, puede avanzar para cuestionar la etiqueta ecológica de los productos que viajan a grandes distancias. Los productos locales están empezando a revalorizarse sin que medie ningún nacionalismo.
Ahora, sectores como el del Automóvil o de la Construcción empiezan a invertir en tecnologías verdes.
Para evitar el llamado “dumping ecológico”, he leído que Nicolas Sarkozy promueve la idea de crear un impuesto ecológico que grave los productos importados procedentes de países que no respetan el Medioambiente. Aunque la idea es atractiva supongo que llevarla a la práctica no será fácil por las reglas que impone la Organización Mundial del Comercio para frenar el Proteccionismo pero las actuaciones individuales no están reguladas.
Argumentos éticos
El llamado Comercio Justo. Diversas ONGs promueven este comercio, muchas veces con alimentos ecológicos, que se caracteriza por asegurar un precio justo para el pequeño productor que de lo contrario sufriría los precios impuestos por las grandes compañías en base a su posición preponderante en el mercado. Casos significativos son el café, el azúcar y el cacao que son esenciales para las economías de países del Sur.
Los boicots. Ya habido alguna demostración de la importancia de lanzar una campaña de boicot a determinada compañía para hacerle cambiar sus políticas. Ya tenemos ejemplos de boicots con éxito:
· El lanzado en 1995 contra la Shell que pretendía hundir una Plataforma petrolera obsoleta en el mar del Norte para ahorrarse los gastos de desmantelarla en tierra.
· El lanzado en 2005 en Argentina también contra la Shell por la subida de precios.
· Los lanzados contra la Nestlé por su política de venta de leche en los países del Sur
· La Caixa fue amenazada de boicot cuando se hizo público su proyecto de participar en la rapiña de Iraq, tras la invasión americana. Rápidamente abandonó el proyecto.
También considerando las empresas que utilizan mano de obra infantil como se supo que ocurría en la fabricación de balones de fútbol.
El Turismo tiene una vertiente económica muy importante para todos los países, que se esfuerzan en atraer los flujos mundiales con costosas campañas publicitarias. Aquí también tienen un margen de actuación importante dejando de viajar a países especialmente violadores de los Derechos Humanos.
Argumentos pacifistas
Diversos colectivos pacifistas promueven la Objeción Fiscal dejando de pagar a Hacienda la parte que consideran dedica el Gobierno a gastos militares.
¿Se te ocurren más?
En el teatro del Consumo, podemos ser consumidores-espectadores o consumidores-actores. Tú eliges cual es tu papel.
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