El Miedo surge cuando detectamos un peligro, real o imaginado, frente al que reaccionamos de diversas maneras: huyendo, con sumisión, ignorándolo, con defensa-ataque, etc.El miedo a perder la vida, a sufrir dolor, a la cárcel, a perder nuestras riquezas, a ser minoría, al infierno, . . . ha sido siempre un importante mecanismo de control social.
Vivimos en una cultura basada en el miedo, que afecta a nuestra actitud y nos hace tomar precauciones para nuestra seguridad. Así, tendemos a percibir el mundo con las lentes del miedo.
Aunque es cierto que estamos rodeados de inseguridad y peligros, las lentes del miedo distorsionan lo que observamos y magnifican los peligros por doquier, nos vuelven paranoicos. Las estadísticas hablan del significativo porcentaje de paranoicos, tan importante como el de los ansiosos o depresivos.
Nuestra compañía aérea Iberia ha utilizado este eslogan publicitario: “Hay un lugar en el que te sientes más protegido, más alegre, más libre, . . .
Aunque lo más grave de los paranoicos es que no suelen ser conscientes de su condición.
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