OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD Y AL LIBRE ALBEDRÍO

sábado, 27 de septiembre de 2008

LA LEY DEL MÁS FUERTE

Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, EE.UU. decidió de forma unilateral que las mercancías que reciba por vía marítima deben ser controladas en los puertos de origen para evitar que terroristas intenten introducir armas al país en los contenedores. Para ello los puertos extranjeros deben dotarse de gigantescos escáner que comprueben el contenido de un pequeño porcentaje de contenedores que ellos deciden, y también de detectores de radiactividad para evitar el material explosivos nucleares.

Tras el éxito de la anterior medida (obediencia mundial total) las autoridades estadounidenses han decidido que para 2012 se escaneen la totalidad de los contenedores de mercancías que reciban. Para evaluar el impacto en el comercio mundial baste decir que EE. UU. importó 12 millones de contenedores el año pasado.

La Seguridad, negocio sin crisis
Los fabricantes de las gigantescos escaners de rayos X o gamma (valorados en unos 5 millones de dólares cada uno) se están frotando las manos ya que se calcula que cerca de 700 puertos en todo el mundo se preparan para obedecer las reglas estadounidenses. Analistas de la industria dicen que los puertos tendrán que comprar entre uno y 10 escáneres o dejar de exportar al mercado más rico del mundo. La Unión Europea estima que el costo inicial de comprar y mantener escáneres será de unos 100 millones de dólares.
Los tres proveedores principales de escáneres fuera de EE.UU. son Nuctech Co. (una compañía estatal china que domina el mercado asiático), el contratista del Departamento de Defensa estadounidense Science Applications International Corp. que vende principalmente en EE.UU. y Smiths Heinmann GMBH (perteneciente al grupo europeo Smiths Group PLC). En España ya hay varios puertos con un escáner de este tipo.

Aunque la Unión Europea está a la cabeza de la oposición mundial a esta medida, parece poco probable que los estadounidenses se desdigan sin mancillar su prepotencia.
Los países que no puedan costear los escáneres tendrían que enviar su carga a través de uno de los puertos operados por empresas multinacionales, lo cual incrementaría los costos. Esto, a su vez podría dar lugar a una ola de privatización de puertos.
El gobierno del presidente Bush ha indicado que quiere reducir la cantidad de puertos del mundo que envían contenedores a Estados Unidos a unos 100, frente a los 700 actuales, ya que eso facilitaría la supervisión de la seguridad.
La Tierra es el único planeta realmente extraño (J. G. Ballard)

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