Todos los españolitos, afortunadamente, tenemos reconocidos en la Constitución los famosos Derechos fundamentales. Uno de ellos es el derecho a la intimidad que es un derecho moderno, a diferencia de otros como el derecho a la vida. Quizás por ello no acaba de estar suficientemente valorado en nuestro mundo actual y casi se considera de 2ª categoría.
Nuestra Intimidad o Vida Privada debe ser respetada escrupulosamente por todo el mundo: parientes, amigos, conocidos, desconocidos, periodistas, mercaderes, gobernantes y demás especímenes.
Inviolabilidad del domicilio. La ropa protege la intimidad de nuestro cuerpo. La casa protege la intimidad familiar.
Nuestra Intimidad o Vida Privada debe ser respetada escrupulosamente por todo el mundo: parientes, amigos, conocidos, desconocidos, periodistas, mercaderes, gobernantes y demás especímenes.
Inviolabilidad del domicilio. La ropa protege la intimidad de nuestro cuerpo. La casa protege la intimidad familiar.
Como nuestra vida privada tiene lugar fundamentalmente en nuestro domicilio, éste debe de gozar de una protección absoluta de tal manera que nadie pueda entrar en él sin nuestro permiso excepto por autorización judicial motivada. La inviolabilidad no se refiere exclusivamente a la entrada de personas sino que alcanza a las molestias debidas al ruido, malos olores, ondas electromagnéticas, etc.
Secreto de las comunicaciones. Al principio solo se escribía cartas la gente importante. Con el tiempo, el correo se popularizó. Posteriormente pudimos llamarnos por teléfono para contarnos nuestras intimidades, y últimamente, hasta nos enamoramos a través de Internet. Para preservar nuestra Intimidad se ha hecho necesario establecer el secreto de las comunicaciones. Así, nuestras cartas de toda la vida, nuestros mensajes por correo electrónico, las llamadas por el móvil o el fijo son secretas y nadie puede conocer su contenido, excepto por autorización judicial motivada.
Los datos personales Como no podía ser menos, el desarrollo de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación está transformando la sociedad tradicional en la nueva Sociedad de la Información, para bien y también para mal, al permitir captar y almacenar nuestros datos personales en innumerables bases informáticas interconectadas, facilitando las campañas publicitarias y multiplicando el potencial controlador del Estado hasta el infinito, con el alarmante riesgo de que nuestros datos sean utilizados en contra nuestra. Lamentablemente, no tardará el día en que todos los terrícolas estemos en una gigantesca base de datos. También nuestros datos genéticos.
Secreto de las comunicaciones. Al principio solo se escribía cartas la gente importante. Con el tiempo, el correo se popularizó. Posteriormente pudimos llamarnos por teléfono para contarnos nuestras intimidades, y últimamente, hasta nos enamoramos a través de Internet. Para preservar nuestra Intimidad se ha hecho necesario establecer el secreto de las comunicaciones. Así, nuestras cartas de toda la vida, nuestros mensajes por correo electrónico, las llamadas por el móvil o el fijo son secretas y nadie puede conocer su contenido, excepto por autorización judicial motivada.
Los datos personales Como no podía ser menos, el desarrollo de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación está transformando la sociedad tradicional en la nueva Sociedad de la Información, para bien y también para mal, al permitir captar y almacenar nuestros datos personales en innumerables bases informáticas interconectadas, facilitando las campañas publicitarias y multiplicando el potencial controlador del Estado hasta el infinito, con el alarmante riesgo de que nuestros datos sean utilizados en contra nuestra. Lamentablemente, no tardará el día en que todos los terrícolas estemos en una gigantesca base de datos. También nuestros datos genéticos.
Antes de la invención de la cámara de fotos y más modernamente de la de vídeo, las posibilidades de captación de nuestra imagen eran muy limitadas y prácticamente se reducían a su dibujo o pintura. Pero actualmente con la profusión de cámaras, las posibilidades se han multiplicado hasta convertirse en una seria amenaza en cualquier rincón habitado, por lo que también ha tenido que establecerse que nuestra imagen tiene “copy right”, al igual que las marcas que inundan la TV con su publicidad.
En principio, nuestros Datos Personales son nuestros y de nadie más. Pero como ya veremos más adelante, nuestra legislación, lamentablemente, es demasiado permisiva a la hora de facilitar su utilización con finalidades comerciales (marketing personalizado). Tenemos que tener claro que la tecnología ha de estar al servicio del ciudadano y no al revés.
¿Qué tal tu intimidad? La mía regular
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