OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD Y AL LIBRE ALBEDRÍO

domingo, 3 de octubre de 2010

POLICÍAS y POLICÍAS


La actuación de la Policía en defensa de la legalidad merece algunas consideraciones.
Dentro de la Policía parece que haya al menos dos clases:
  • los que se dedican a defender al ciudadano persiguiendo delincuentes y

  • los que se dedican a mantener el Orden Público provistos de una estética de película futurista, llamados antidisturbios.

Estos últimos ¿a quién defienden realmente? ¿Actuan de forma autónoma de sus dirigentes políticos? ¿De qué Planeta han salido o qué lavado de cerebro han sufrido para actuar como robots? Realmente parecen capaces de liarse a porrazos hasta con su propia familia, si el jefe de turno lo ordenase.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Generalmente estoy de acuerdo con tus comentarios, pero esta vez me gustaría introducir una discrepancia.

Yo diría que la policía cumple generalmente órdenes, supongo que a menudo contradictorias, o excesivas, o inútiles, o incluso absurdas. No me gustaría ser policía.

Ahora bien, de una cosa estoy seguro: si esos "subversivos" que caen bajo las porras alcanzasen el poder que desearía, temo que el Mundo Feliz llegaría incluso mucho antes de lo que imaginamos.

artesano dijo...

Gracias por el Comentario. Dicrepar es muy sano.
Estar siempre de acuerdo es muy aburrido.
Cualquier trabajador público debe obedecer las ordenes pero el concepto de "Obediencia Debida" debe tener límites legales y éticos. El exceso de celo a la hora de cumplirlas o la desproporción, no deberian ser necesarios.
Un buen profesional (de la violencia, en este caso) debe autocontrolarse y discernir bien quién la merece y quién no. Un ejemplo es el de algunas actuaciones de porteros (más bien matones) de Discoteca.
Tampoco me gustaría ser policía y debemos de estar stisfechos de que haya suficientes voluntarios. Es una tarea dificil e ingrata pero lamentablemente necesaria.
Dicho esto, la Policía precisa que su delicada actuación, se revise con lupa. Los malos policias que los hay , como en cualquier profesión, no deberian arrastrar ni generar dudas sobre la honestidad colectiva.