OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD Y AL LIBRE ALBEDRÍO

domingo, 24 de octubre de 2010

DESOBEDIENCIA CIVIL

La Violencia ha sido siempre la primera opción de lucha contra el Poder pero tiene dos grandes inconvenientes. El primero, de carácter ético me obliga a considerarla totalmente desechable. El segundo es de carácter práctico, ya que generalmente es ineficaz debido a la fortaleza del Estado (ver Inutilidad De La Violencia). Aunque ETA haya conseguido grandes éxitos como el impedir la construcción de una Central Nuclear en Lemoniz o facilitar las negociaciones del PNV, tengo claro que no es el camino.
Estoy convencido que la Desobediencia Civil es la gran alternativa a la confrontación violenta con el Estado y los poderosos que lo manejan en la sombra. Al Estado que se enfrenta a este tipo de disidencia le ocurre lo que a los Ejércitos cuando se enfrentan a una guerra de guerrillas o de terroristas: su potente armamento es totalmente inútil.
La Desobediencia Civil tiene mucha historia; también tiene mucho futuro. Podemos decir, utilizando las palabras de moda que, ¡Es un arma (revolucionaria) de destrucción masiva!

Seamos realistas: ejercer la Desobediencia Civil no es fácil y precisa de una importante concienciación ya que hay que estar dispuesto no sólo ha recibir porrazos a mansalva cuanto estés sentado pacíficamente en la calle sino también a ser detenido, fichado, procesado y a acabar en la cárcel como preso político durante una temporada.

UN EJEMPLO con éxito en nuestra reciente Historia: La desaparición de la “mili” (servicio militar obligatorio) gracias a la Desobediencia Civil que en este caso era declararse Objetor de Conciencia.
¿Quién hubiera imaginado que se podía conseguir, sin una Revolución sangrienta, acabar con la mili obligatoria y pasar a un ejército profesional, medida que atacaba el núcleo duro del Poder Militar?
La realidad es que se tardó 43 años (desde 1959 hasta 2002) y muchos héroes anónimos que se declararon Objetores o Insumisos, pagaron con la cárcel pero poco a poco fue ganando masa crítica y, cuando el Poder quiso reaccionar creando en 1984 la Prestación Social Sustitutoria para “castigar” a los objetores y desalentarlos de forma que el fenómeno no se les escapara de las manos, se vio desbordado por los miles de jóvenes que elegían esta opción hasta hacerla ingestionable en la practica y también por grupos más concienciados ( “insumisos”) que se negaban a hacerla y debían ser juzgados y condenados a la cárcel en medio de grandes reticencias judiciales.
En 1978 El País hacía un buen resumen de los primeros objetores que fueros los silenciosos Testigos de Jehová en 1959 por motivos religiosos y José Bouza en 1971, ya por motivos pacifistas.

También se puede considerar como ejemplo de desobediencia civil cuando hace 30 años un pequeño grupo de activistas fue detenido y procesado por realizar abortos y miles de personas se inculparon. El Gobierno tuvo que legalizar el aborto aunque de forma parcial.

OTRO EJEMPLO, pero este sobre la necesidad de la Desobediencia Civil, nos lo explicaba ayer El País: Estos días, en Francia, hay una importante protesta ciudadana contra la nueva regulación de las pensiones. Los huelguistas han conseguido de forma pacífica paralizar de forma significativa la distribución de combustible, lo que por su efecto multiplicador tiene una gran trascendencia económica. Pero el Poder del Estado nunca se va a quedar impasible ni se va a dar por derrotado tan fácilmente y siempre tiene cartas escondidas en la manga. Así, ha echado mano a una legislación de excepción que permite intervenir cualquier bien o servicio y obligar a los empleados necesarios a dar el servicio bajo pena de cárcel. Frente a este atentado al derecho de huelga sólo queda la Desobediencia Civil.

PUESTOS A SOÑAR
¿Cuánto duraría un Gobierno enfrentado a una Huelga General indefinida?
¿Cuánto duraría un Gobierno enfrentado a una Huelga indefinida en la Administración Pública pero sin Servicios Mínimos?
¿Cuánto duraría un Gobierno enfrentado a una mayoría de conductores que bloquean con sus coches los Cuarteles, Comisarías de Policía y Ministerios?
¿Cuánto duraría un Gobierno con la ciudadanía manifestándose diariamente de forma indefinida?

¿Cuántos presos políticos puede soportar un Gobierno democrático?
¡Seamos desobedientes!

PARA AMPLIAR vale la pena considerar la sesuda opinión de Francisco Fernández Buey sobre este tema.

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