La Verdad no depende del número de sus defensores.
No debe confundirse la legitimidad democrática, que viene dada por la mayoría, con la verdad científica, que depende de la validez del razonamiento. No pierdas de vista que, ni una verdad deviene falsa porque pocos crean en ella, ni un error deviene acierto porque muchos en él caigan. Una falsedad sostenida por casi todos es una mentira mayoritaria y basta. La verdad no se consensúa".
(Ramón Folch, en El Periódico)
Otra historia sería debatir sobre la existencia de una Verdad única.
OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD Y AL LIBRE ALBEDRÍO
viernes, 15 de mayo de 2009
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1 comentario:
"LA VERDAD" entra en el campo de lo absoluto, campo que está vedado en los tiempos postIlustración. Si alguien fuera capaz de alcanzarla, ésta debería ser "ÜNICA", pues si hay dos verdades contradictorias, eso seria una contradicción.
El término "verdad científica" es una irregularidad. La ciencia se distingue de otros campos que intentan dar una explicación del mundo, en dar "tesis", "teorías", no "verdades", pues una de la premisas del pensamiento científico es que cualquier teoría debe ser expuesta a ser refutada en cualquier momento, lo que no sucedería si se tratara de una verdad (esta, por definición , no puede ser refutada; si no, no sería una verdad). Una teoría puede ser refutada en cualquier momento, siguiendo las reglas del pensamiento científico, básicamente debe estar abierta a ser refutada por los hechos y la observación; siempre hay que dejar abierta la posibilidad de un hecho que la contradiga.
A donde nos lleva ésto?. Los tiempos modernos se caracterizan por dejar al hombre solo, con sus incertezas y sin referencias. Tenemos que apañarnos como podemos, sin saber a ciencia cierta donde estamos.
Si la verdad fuera alcanzable, aquel que la alcanzara debería responsabilizarse en imponerla a los demás, en sacar a los demás de su error; eso sería lo mejor que haría por los demás.
La ley democrática de la mayoría no está para definir la verdad, sino simplemente para manejar nuestra convivencia. Ergo dixit.
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