Extraordinaria lucidez de esta filósofa entrevistada hoy en La Contra de La Vanguardia. Aquí algunas de sus ideas:
¿Y si boicoteáramos los productos baratos de países que no respetan los derechos de sus trabajadores?
Estamos en un proceso imparable en el que a medida que los trabajadores de países emergentes vayan adquiriendo más derechos –ojalá los logren pronto– nosotros, los empleados de países anteriormente ricos, los iremos cediendo...
Cada vez que un trabajador norteamericano entra en Wal-Mart y compra productos chinos baratos, está rebajando su salario.
Usted compra barato lo que antes fabricaban en su país o en otro país europeo que respetaba los derechos laborales y, de ese modo, contribuye a liquidar su empleo y a rebajar su propio salario.
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