OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD Y AL LIBRE ALBEDRÍO

domingo, 19 de septiembre de 2010

José Antonio Labordeta, sin libertad no hay respiración

Hoy desayuno con la noticia de que mi querido y admirado José Antonio Labordeta ha finalizado su caminar.
Una mezcla de tristeza y alegría me inunda, las lágrimas se desbordan. Los recuerdos desde la primera actuación de un cantante aragones desconocido, cuyo timbre de voz y belleza de canciones me impresionaron, en un Colegio Mayor de Barcelona, con la gente sentada en el suelo o de pie y una temperatura que nos deshidrataba pero la ilusión tras la reciente muerte de nuestro Dictador nos daba fuerzas, hasta su no muy lejana participación en un acto contra la guerra de Iraq en Montjuich, haciendonos cantar a todos su Canto a la Libertad.

Su paisano, Joaquim Ibarz en La Vanguardia de hoy nos resume muy bien su personalidad:
Todos recordamos aquella tarde en el Congreso en la que, harto de improperios, interrupciones, insultos y mala leche de sus señorías, miró a la bancada de su derecha y les espetó lo que tantos estaban deseando oír: "¡Váyanse a la mierda, joder!".
La figura de José Antonio Labordeta profesor, músico, poeta, andarín de los caminos, actor, político, sabio de recorrer el tiempo y de palpar a la gente, representa, resume y resalta, a la vez, la imagen más auténtica de la vida y cultura de Aragón, desde Joaquín Costa hasta el Ebro.
Ha recorrido el mundo cantando a la gente, recordando que sin libertad no hay respiración, advirtiendo de las desigualdades, gritando a los que no quieren oír. Todo, sin esconderse, con esa su bondad, pero con la suficiente mala buena leche. De 2000 a 2008, fue el diputado más querido, cuestión que no sé cómo se mide, pero que no haría falta medir, porque Labordeta se hace querer incluso por sus contrincantes.
Ahí está, con su guitarra, con su voz recia y bien timbrada, con su poesía, hincado en Aragón, desde el Pirineo hasta Javalambre, desde el Moncayo hasta el Ebro. Su voz y su canto son, a la vez, la voz de los leñeros, los masoveros, los segadores y tantos otros que se fueron "con rabia… de abandonar lo que se ama […]. La voz de tantos que no volverán".


Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.

José Antonio, has conseguido que el mundo sea un poquito mejor. Gracias.

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