Luis García Montero en El País nos explica que:
Poco a poco voy dejando de ser un ciudadano para convertirme en un sospechoso. Estas radiografías no hablan de mis enfermedades, sino de las enfermedades de un sistema que renuncia a sus valores principales porque no está dispuesto o no puede hacer una meditación seria sobre la relación entre los derechos y la seguridad.
Me temo además que lo peor aún no ha llegado. Todo camina hacia una futura vigilancia particularizada, en la que se establezcan protocolos distintos para cada viajero según su raza, color, economía y país de procedencia. Si tienen en cuenta la edad, quizá haya un escáner para viejos verdes, y quizá los viejos verdes guardemos en la memoria de otro tiempo el sentido original de la palabra democracia. Viajaremos junto a nuestro abogado y pediremos que se nos lean nuestros derechos a la entrada de los aeropuertos.
Sería divertido si fuera cine pero acojona ya que además de real, las previsiones de futuro parecen probables.
OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD Y AL LIBRE ALBEDRÍO
lunes, 8 de febrero de 2010
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