Recientemente el autor de este Blog, olvidó una cartera con objetos personales en un restaurante dotado de cámaras de videovigilancia. Al preguntar a los camareros por la cartera, aseguraron que ni la habían visto ni nadie se la había entregado.
Conclusión: algún amigo de lo ajeno se la llevó sin que le preocupara lo más mínimo la presencia de las cámaras que tampoco sirvieron para comprobar quien se la había llevado (¡evidentemente tampoco era como para que la Interpol lo pusiera en búsqueda y captura!) aunque solo fuera para demostrar cierta utilidad. Eso sí, alli quedan grabadas las imagenes y gestos de todos los comensales hasta que se borran ¿para qué? ¿por si ocurre un asesinato?
OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD Y AL LIBRE ALBEDRÍO
jueves, 4 de diciembre de 2008
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1 comentario:
A mí me pasó algo similar hace unos años. Fue a Barcelona un amigo estadounidense con tan mala fortuna que le robaron la cartera en la estación de Passeig de Gràcia, en pleno campo de "visión" de una cámara de videovigilancia.
Cuando acudí a TMB a reclamar copia de los eventos para aportar argumentos a la denuncia que pusimos en la comisaría de Pl. Catalunya, la respuesta que obtuve fue contundente:
"Esas cámaras no están ahí para eso".
¿Qué tal?
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